El silencio

Nací a oscuras. Cuídate de mis silencios, es más desastrosa que la bomba atómica. Destruye los mundillos de las personas que se me cruzan, es el fin y el inicio de lo absurdo. A veces me hace divagar en la nada, otras veces en ondas espasmódicas de la melancolía.

Estoy aquí para matarte con mis miradas y resucitarte con un beso. Si quieres saber más sobre mis silencios, no me preguntes. Busca en tu piel. La noche anterior dejé el sello de este sopor que serán borrados pronto, pero no se borrarán de mis labios.

A veces nace un túnel eterno.

Escucha, convivirán con tus anhelos suspendidos que jamás quieras contarme porque las locuras de mi mente te harán pensar en el limbo.

Aguarda, tenemos que jugar al cíclope de Cortázar…

Concubina de mis bajos instintos, recuerda que, otras noches te mato y algunas te embriago con el alcohol de la melancolía.

Siempre alejada de mis locuras.

«Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo.» (J. Cortázar)


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